PATRIMONIO LOCAL
San Adrián es un barrio de formación reciente que pertenece en la actualidad al Distrito 5 de Bilbao, denominado Ibaiondo, que también incluye a Miribilla, Casco Viejo, Bilbao la Vieja, Zabala, La Peña, Buya, Atxuri e Iturribide.
La ermita de San Adrián ubicada en las proximidades de la actual parroquia de Nuestra Señora de Lourdes y San Adrián que desapareció en 1970 era un lugar de peregrinación en las romerías que se celebraban en fechas señaladas como la festividad del Patrono de la anteiglesia (22 de enero), San Roque (16 de agosto) y en las ferias de Santiago (julio).
Está situado en las faldas del monte Pagasarri, en unos terrenos ocupados hasta la década de los 50 por caseríos y minas.
El desarrollo del barrio San Adrián es un reflejo del contexto social, político y económico del último medio siglo de la historia de Bilbao. Le distingue la capacidad organizativa de sus vecinos a la hora de tomar iniciativas y decisiones, y el modo en el que han solucionado sus problemas.
Apenas quedan vestigios materiales de la época anterior a 1956. La superficie hoy ocupada por San Adrián era rural y se denominaba Larraskitu y Camino de los Mimbres. Todavía en el anuncio de la mina San Luis del año 1961 se menciona el camino de Bilbao la Vieja a los Mimbres.
Donde está edificado el Instituto de Enseñanza Media corría el río Pato, uno de los 18 arroyos canalizados en Bilbao. Existía un lavadero público en el deslizamiento de los montes, donde ahora están situadas las Viviendas Municipales y las calles de los montes.
La extracción del mineral de hierro era una actividad tradicional en Bilbao, tanto que marcó su fisonomía y actividad. Casi todas las minas bilbainas se registraron en la segunda mitad del siglo XIX.
La actividad minera cambió el aspecto de la zona y, aunque San Adrián no estuvo habitado mayoritariamente por mineros, muchos eran los obreros que se alojaban en los barracones dentro del perímetro de las minas. La mayor parte de los habitantes vivían en Zabala o en Bilbao la Vieja.
Según Indalecio Prieto, muchos de los montes que rodeaban la zona fueron gravemente dañados por la industrialización minera y por los escombros que allí se depositaban, tornándose amarillos con el paso del tiempo. Los tres yacimientos más explotados, según él, fueron el de “Morro”, el de “Malaespera” en el barrio de Los Mimbres y el de San Luis, cuyo propietario hubo de comprar muchas de las casas allí construidas para demolerlas y poder construir la mina.